Mitos y realidades sobre el cuidado de los uniformes laborales

A continuación te contamos algunos mitos y realidades que hay sobre el tema del cuidado de los uniformes laborales, ¿te sabes alguno?

Cuando utilizamos un uniforme laboral, no se trata solamente de mantenerlos limpios; sino de asegurar que proyecten la imagen profesional de la marca e intentar alargar su vida útil lo máximo posible.

Aún así, como en la mayoría de los temas, siempre hay falsos mitos que si hacemos caso podemos provocar que la durabilidad se acorte o incluso que su apariencia cambie. Por eso, a continuación, te vamos a exponer los mitos más comunes que existen sobre el mantenimiento de los uniformes laborales junto con las realidades que hay que tener en cuenta. 

¡Sigue leyendo para aprender a mantener las prendas siempre en condiciones perfectas!

MITO: La mejor forma para eliminar manchas es utilizar blanqueador

REALIDAD: Si se utiliza blanqueador en exceso puede hacer que las fibras se dañen, provocando de esta forma que se desgaste mucho más rápido. Es recomendable utilizarlo únicamente en manchas muy específicas y previamente haberlo diluido.

MITO: Los uniformes no hay que plancharlos.

REALIDAD: Los uniformes hechos por tejidos como poliéster o algodón necesitan de un planchado especial para que puedan mantener la apariencia profesional. Antes de plancharlo, hay que revisar las etiquetas de cuidado de cada prenda.

MITO: No hay que lavar muy frecuentemente los uniformes

REALIDAD: Para mantener una buena higiene y evitar olores malos en los uniformes, aunque no se manchen, es aconsejable lavarlos regularmente. Aunque aparentemente no estén sucios, se suelen acumular las bacterias y el sudor en ellos.

MITO: Puedes utilizar cualquier detergente

REALIDAD: Hay que tener cuidado a la hora de utilizar detergente en el lavado de los uniformes laborales porque no cualquier detergente es adecuado. Se suelen utilizar detergentes especializados o suaves porque suelen dañar menos los tejidos e incluso ayudan a que preserven los colores.

MITO: Se pueden lavar con agua caliente los uniformes que están hecho con materiales sintéticos.

REALIDAD: Si lavamos los uniformes sintéticos con agua caliente, podemos provocar que se deformen o puedan incluso perder la forma. Lo mejor para este tipo de prendas es seguir con las instrucciones que aparecen en las etiquetas de lavado.

MITO: La mejor opción para el lavado es en seco.

REALIDAD: Bien es cierto que el lavado en seco es beneficioso para materiales delicados, pero la mayoría de uniformes se pueden lavar a máquina sin ningún problema.

MITO: No hay ningún problema en secar los uniformes al sol.

REALIDAD: El sol puede provocar en los uniformes que se descompongan los tejidos, causando de esta forma que los colores desaparezcan e incluso que se debiliten las fibras. Lo mejor es secar los uniformes en la sombra o en algún lugar que esté ventilado.

MITO: Los uniformes nunca hay que repararlos:

REALIDAD: Si hay alguna pequeña rasgadura o algún botón suelto, hay que repararlo inmediatamente. Si no lo hacemos, provocamos que el desgaste sea aún mayor y que la imagen que demos sea muy mala.

MITO: Hay que utilizar productos caro porque son los únicos que sacan las manchas de grasa.

REALIDAD: Se pueden utilizar muchas soluciones caseras para quitar estas manchas, como por ejemplo jabón de platos, vinagre o bicarbonato de sodio.

Utilizando estas técnicas de lavado adecuadas en los uniformes laborales, conseguimos no solo que aumente la durabilidad, sino que también tenga una imagen profesional correcta.